30 de diciembre de 2008

Directivos de Plástico


Dicen que el primer plástico se originó como resultado de un concurso realizado en 1860 en los Estados Unidos, cuando se ofrecieron 10.000 dólares a quien produjera un sustituto del marfil. Gano el premio John Hyatt, quien inventó un tipo de plástico al que llamó celuloide.


Desde entonces hasta nuestros días, el plástico ha pasado a formar parte de nuestra vida cotidiana, pero ¿que ocurre cuando el plástico llega a nuestro tejido de directivos y se introduce en lo más profundo del management, llegando a cotizar por encima de los valores más preciados? Es entonces cuando empezamos a detectar a los Directivos de Plástico.

Todos hemos tenido uno cerca de nosotros, incluso tan cerca que hasta nosotros mismos lo hemos podido ser o incluso lo somos en la actualidad, aunque nuestra economía del yo, siempre nos impulsará a renegar de este material y de la historia de John Hyatt si es necesario. Nadie se atrevería a regalar a su pareja un anillo de plástico el día de su aniversario, aunque pueda tener un bonito diseño e incluso cualidades hipo alérgicas probadas. El plástico nunca podría competir en ese escenario con una magnífica joya de oro, plata o cualquier otro metal precioso. Pues eso es más o menos lo que pasa con esa fauna de directivos que invaden las empresas. Son directivos que la base está construida sobre el diseño espumoso y no sobre los valores básicos de la gestión, carecen de formación para la gestión y con ello no me refiero a títulos universitarios y demás master de dudosa eficacia; sino que me refiero a la capacidad básica que un directivo tiene que tener para sentir, para transmitir y para influir positivamente sobre su entorno. El directivo de plástico, busca el corto plazo como meta para el éxito rápido y buscón, entorpece su propia cotización como valor a costa de no valorarse a si mismo, carece de retos personales y desconoce la importancia del yo. El directivo de plástico, vende imagen sin imaginación, destrona principios y confunde la aplicación de un liderazgo eficaz a una delegación sin control, sin medida y sin rumbo. Es un personaje siniestro en su propio interior, egocéntrico y audaz para posicionarse, llegar a la cima y ... desplomarse por una simple ráfaga de viento. Aunque de esto último discrepo, ya que a todos se nos ha hecho eterno el aguantar a directivos que nunca hemos visto su fin y que ni los tifones más suculentos fueron capaces de sacarles de su ego atormentado. Estamos rodeados de estos personajes, viven aunque no conviven con nosotros y marcan el ritmo o el anti-ritmo de las empresas según los casos. Son necesarios en el corto plazo, pero dejan marcadas a organizaciones para siempre, en algunos casos con un irremediable destino al fracaso.
La detección del directivo de plástico, es compleja ya que no es posible identificarlo en un rutinario reconocimiento médico empresarial, ni en un estudio psicológico leve; únicamente lo marca el propio ADN de valores del individuo y aunque se termina detectando, en ocasiones el daño es irreparable. Las vacunas existen, pero son realmente caras; casi todas ellas basadas en la comunicación, el dialogo y amplias sesiones de coaching, sirven para reconducirlo, ofrecerle un valor de metal que haga próspera su cotización y ayudarle a superar su destino.


Desde 1860 ...




1 comentario:

  1. Tengo que decirte en una sola palabra lo que me ha parecido tu descripción al " Directivo de plástico" IMPRESIONANTE

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