11 de abril de 2009

Un Mundo sin Miedo


La Wikipedia nos dice que el miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente o futuro. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano.
El imaginarnos como se puede sentir un directivo bajo estos síntomas, nos puede parece incompatible con el desarrollo de su actividad; pero lamentablemente es una realidad en la que viven cientos de directivos en su quehacer diario en nuestro tejido empresarial. Generalmente esta situación de trabajo se suele confundir con trabajar bajo presión de objetivos marcados; pero nunca más lejos de la realidad.


La confusión de términos como la exigencia, los objetivos y/o los retos, no deben de llevarse en ninguno de los casos a la querencia del caos del terror y el miedo en el que puede llegar a trabajar un directivo. Esa exigencia mal entendida por algunos, provoca la situación de pánico en el directivo, que le obligará a errar de manera continuada en su toma de decisiones, a descargar un liderazgo negativo sobre sus equipos de trabajo y lo que supone un daño irreparable, que es el rencor y la “vendetta” hacia el generador del estado del miedo que le está llevando a una situación de caos profesional y personal.
El monstruo causante del miedo, ignorante de su propia capacidad gestora, es capaz de trasladar sus sentimientos personales hacia la víctima seleccionada y elegida para el sufrimiento en un tiempo sin determinar. En la mayoría de los casos es la víctima la que abandona su proceso personal de “moobing laboral” inducido, llevándole a la confusión general de su propia creencia del yo como valor energético vital para afrontar las dificultades. En muy pocos casos el monstruo se auto destruye temporalmente en el espacio y en el tiempo dónde ha desarrollado su ejercicio de exigencia mal entendida y aplicada; pero cuidado, es una destrucción temporal, ya que renace como el “Terminador” de James Cameron; ejecutando su sentido de la existencia, en la transmisión del miedo sobre nuevas víctimas previamente escogidas.

La mejor lucha ante estos monstruos generadores del miedo en las empresas, es encender las luces de la comunicación, lanzando mensajes continuos de salvación a quien nos pueda escuchar en nuestro terror y penitencia diaria.

S.O.S (Save Our Ship) ( . . . - - - . . . )

1 comentario:

  1. Hola Juanma, estoy totalmente de acuerdo con tu artículo y voy más allá, cuando el miedo forma parte de la cultura de la empresa. Entonces, se ve un claro impacto en la proactividad, la creatividad y la responsabilidad de los empleados de esa empresa. En muchas ocasiones puedes ver como pasan los años sin que la rotación en esa compañía sea significativa. ¿Qué raro? Creo que estos empleados acaban con el "sindrome de Estocolmo". Por cierto, me encantaría que escribieras un artículo sobre el papel de la mujer directiva en España.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...