2 de junio de 2009

Liderazgo Electoral vs Liderazgo Empresarial


La dinámica de nuestra sociedad democrática nos marca el vernos inmersos cada cierto tiempo en procesos electorales que nos permiten tomar decisiones acerca de aquellos que queremos que dirijan el futuro de nuestro Ayuntamiento, de nuestra Comunidad Autónoma, de nuestro País, e incluso de la compleja y desconocida repercusión electoral en la Unión Europea. Nuestro ejercicio de opinión se ve sometido a la información y a la selección técnica o ideológica según el caso del votante en particular y de la generalidad social en la que se vea envuelto en el proceso de elección del candidato. Ante este panorama, el líder de cada opción política se enjundia de placer ególatra y asciende a los altares del poder con el beneplácito de los resultados que lo avalan como “ganador”.

Pero, que ocurre con el otro líder que nos rodea en nuestra actividad diaria, es decir en nuestro desarrollo profesional; ese líder formativo e impuesto por imperativo empresarial dentro de la lógica operativa que deben de seguir las empresas en el desarrollo de las carreras profesionales de sus empleados.


Este líder, es un líder inicial de “tarjeta y despacho”, no reconocido por el grupo, sin resultado electoral, en ocasiones sin programa aunque casi siempre con campaña orquestada para referenciarlo en lo más alto. Nuestro líder empresarial, no cuenta en sus inicios con la popularidad mediática con la que cuenta el líder político, con el reconocimiento mitinero que le llevo al éxito de la noche electoral;… nuestro líder está cautivo de la situación y cubre solemnemente su soledad en la ante sala del escenario dónde debe de representar sus mejores cualidades y transmitirlas al espectador expectante, que es su grupo de trabajo, sus jefes, sus externos y ante todo, su seguridad en el desarrollo de su trabajo, unido a sus resultados y cumplimiento de objetivos.

El líder político se enmascara en la rivalidad del oponente cualesquiera que sea el resultado electoral; a diferencia de nuestro líder empresarial carente de rivalidad comparativa, aunque repleto de rivalidades subjetivas. Nuestro líder en la empresa deberá de superar barreras mucho más altas y gruesas que las mediatizadas por los líderes de opinión pública; nuestro reo sufrirá las envidias internas de aquellos que perdieron y no llegaron, de la sublimación de sus conocimientos por los miembros en ocasiones de su propio equipo e incluso por los propios avatares del destino de los mercados y la influencia de las mareas incorregibles de la navegación empresarial.

Aún así, el líder empresarial representa la auto confirmación de sus recursos y se representa asimismo en su propia generación de confianza para afrontar una carrera larga y duradera en su vida como directivo.


Pobres son aquellos que no cuentan con estos valores de supervivencia y superación y que la “papeleta electoral” les marcará su éxito o su frustración ante el gran público.


1 comentario:

  1. ...la cuestión es, ser "lider", sirve realmente para algo?....
    RAFA E.M

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